LA SOBREPESCA Y SUS EFECTOS

 

La sobrepesca ocurre cuando se explota un recurso marino más rápido de lo que este puede recuperarse naturalmente, lo que degrada directamente el ecosistema. El primer evento de sobrepesca fue registrado en los 1800s, cuando las poblaciones de ballenas se precipitaron tras la fiebre por los aceites en su grasa para confeccionar perfumes. Hoy en día se han establecido regulaciones que hacen ilegal la cacería de ballenas, pero el daño está hecho y no se sabe si las poblaciones actuales se han recuperado a niveles previos a la cacería, aún siglos después.

 

El bacalao del Atlántico fue pescado hasta el borde de la extinción a mediados de los noventa, lo que condujo al colapso de la industria de esta especie en las costas de norteamérica. Esto causo la pérdida de 40000 trabajos, y dejó un ecosistema decadente como legado. Hoy en día los pescadores aún esperan que regrese el bacalao, y las comunidades aún están en proceso de recuperación.

 

Actualmente la sobrepesca se basa en las políticas que datan de la mitad del siglo XX, donde gobiernos internacionales refuerzan la pesca como fuente vital de alimento rico en proteína. Políticas y subsidios enfocados a preservar el trabajo de los pescadores y de proveer al mercado con comida del mar contribuyeron en gran escala a estos efectos. La industria pesquera se volvió masiva, poco regulada y cada vez más sofisticada; incluyendo métodos de pesca masiva no selectiva, que tiene un efecto extremadamente dañino en forma de pesca colateral de especies importantes. Otros métodos, como pesca con barrido de fondo, destruyen las comunidades marinas que habitan el fondo oceánico.

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EFECTOS A LARGO PLAZO

 

Según información del NOAA, la pesca industrial ha reducido la cantidad de peces en un 10% de las cantidades pre-industriales. La FAO publicó un reporte de dos años sobre el estado del océano, las pesqueras y la acuicultura. Casi un 80% de las pesquerías globales están completamente explotadas o sobreexplotadas, o en estado crítico de colapso. Más de un 90% del stock de peces predadores ya ha desaparecido, como el atún, la merluza y los peces reloj de Nueva Zelanda. Estas son especies clave de sus ecosistemas, y su sobrepesca tendrá consecuencias socioeconómicas severas directas, además de contribuir al colapso ecológico. Se estima que para el año 2050 las las pesquerías a nivel global no podrán sustentarse con recursos oceánicos, pues estos dejaran de existir.

Source: Sea Around Us Project (seaaroundus.org)

 

MÉTODOS SUSTENTABLES

 

Los ecosistemas son resilientes, y aun hay tiempo para rescatar estas especies y establecer poblaciones saludables, pero esto requiere tiempo e inversión en tecnologías y políticas sustentables.

 

  • LÍMITES de pesca que son constantemente revisados por autoridades científicas, y regulados por autoridades gubernamentales. Estos números concretos limitarán la práctica de sobrepesca, sin necesidad de incentivos económicos de por medio
  • PROTECCIÓN de hábitats prístinos clave en su propio ecosistema, como fondos marinos frágiles, arrecifes de coral y sistemas de agua dulce, junto con todas las especies que componen la comunidad ecológica además de aquellas económicamente importantes
  • MONITOREO e implementación de sistemas que aseguren que las prácticas de pesca no pasen los límites estipulados por las regulaciones y los expertos
  • RESTAURAR el plancton y fuentes primarias de alimento, la base de la cadena alimenticia que mantienen el ecosistema saludable y resiliente, cuando éste sufre por efectos industriales y actividad humana, así como también por el cambio climático

 

La sobrepesca es uno de los muchos factores que contribuyen al estado crítico de los océanos del mundo, junto con la contaminación, acidificación y el cambio climático. La sobrepesca es un problema con solución, pues se puede mitigar con regulaciones y asesoramiento científico, los cuales pueden encaminar la industria local a prácticas sustentables que mantienen el ecosistema.